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Cohorte Cantabria: innovación y medicina de precisión

Desde 2021 ha reclutado a más de 40.000 voluntarios y está cerca de alcanzar su meta inicial de 50.000 participantes

Probablemente ya hayan escuchado hablar de la Cohorte Cantabria, una cohorte poblacional, multipropósito y prospectiva, cuyo objetivo principal es ofrecer una plataforma integral para estudiar los determinantes de la salud y la enfermedad en la población general. Desde su inicio en 2021, ha reclutado a más de 40.000 voluntarios y está cerca de alcanzar su meta inicial de 50.000 participantes. El valor de este proyecto radica en su capacidad para explorar la interacción entre factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, y cómo estos influyen en la salud a lo largo del tiempo. Los datos recogidos de cada participante permitirán identificar biomarcadores para la detección precoz de enfermedades y desarrollar modelos predictivos que pueden ser aplicables en la medicina de precisión.

El éxito en la participación durante estos tres años ha sido un impulso decisivo, pero ahora es el momento de que los investigadores y las colaboraciones con institutos de investigación y corporaciones farmacéuticas y biotecnológicas sean los protagonistas. Si realmente aspiramos a avanzar hacia una medicina personalizada, y, especialmente, predictiva y preventiva, es imperativo formular preguntas, estructurar y analizar los datos aportados por nuestros participantes para contribuir al progreso del conocimiento científico.

Para maximizar el impacto de la Cohorte Cantabria, es esencial avanzar en varias áreas clave:

  1. Plataforma académica: La Cohorte Cantabria debe convertirse en una plataforma fundamental para el desarrollo de proyectos académicos, tanto para estudiantes locales como internacionales. Fomentar la participación de investigadores locales y atraer a investigadores nacionales e internacionales será clave. La colaboración con otros institutos biomédicos y el proyecto IMPaCT (Infraestructura de Medicina de Precisión asociada a la Ciencia y la Tecnología) será fundamental.
  2. Becas y programas de formación: Implementar becas promovidas por el Gobierno de Cantabria, a través de la Fundación Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL), para que los investigadores desarrollen estudios basados en la Cohorte. Estas becas no solo incentivarán la investigación local, sino que también contribuirán a la formación de una nueva generación de científicos. Programas de fellowship financiados por agentes privados también fortalecerán la colaboración entre academia e industria.
  3. Alianzas tecnológicas: Establecer convenios con industrias tecnológicas para obtener datos ómicos y aprovechar modelos de inteligencia artificial y análisis de datos. La interoperabilidad y la armonización de los datos recogidos permitirán predecir con mayor precisión el riesgo de enfermedades, sugerir intervenciones preventivas e identificar patrones complejos.
  4. Participación de la industria farmacéutica: La Cohorte es ideal para el desarrollo de ensayos clínicos y medicina personalizada, proporcionando tratamientos adaptados a las características individuales de los pacientes.
  5. Ampliación del reclutamiento y recolección de datos: Aunque ya se ha alcanzado un número significativo de participantes, es crucial seguir aumentando la base de voluntarios y diversificar las áreas de recolección de datos.

Varios aspectos son esenciales para avanzar, como la consolidación del proyecto dentro de IDIVAL, su alineación con IMPaCT, y el uso de tecnologías avanzadas apoyadas por el plan de salud digital. Además, la Cohorte Cantabria podría ser clave en el futuro Parque Tecnológico de la Salud de Cantabria. Asegurar una financiación adecuada es esencial para continuar expandiendo el proyecto.

Javier Crespo.