Un reciente estudio, liderado por los doctores José Luis Calleja y Eduardo Vilar-Gomez, ha puesto en evidencia el peligro del consumo moderado de alcohol en pacientes con enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica (MASLD). Publicado en la prestigiosa Journal of Hepatology, este estudio se basa en datos recogidos de cohortes en España y Estados Unidos, y muestra cómo incluso niveles bajos a moderados de consumo de alcohol (entre 5 y 13 bebidas por semana en mujeres, y entre 5 y 20 en hombres) pueden aumentar significativamente el riesgo de desarrollar fibrosis hepática en pacientes con MASLD.
Lo más preocupante es que este riesgo se ve ampliado de manera exponencial cuando se combina el consumo de alcohol con factores de riesgo cardiometabólicos, como la obesidad, la diabetes o la dislipidemia. Los resultados demuestran que el alcohol tiene un efecto supra-aditivo con estos factores, lo que significa que la combinación de ambos eleva el riesgo de fibrosis hepática mucho más de lo que se creía. No hay niveles seguros de consumo de alcohol en personas con MASLD, lo que destaca la urgencia de abordar este problema con estrategias preventivas más agresivas.
Este estudio subraya la necesidad de un enfoque integral en el tratamiento de las enfermedades hepáticas crónicas, que no solo considere la eliminación total del consumo de alcohol, sino también el manejo de los factores de riesgo metabólicos subyacentes. La investigación sugiere que para los pacientes con un estado metabólico no saludable y MASLD, cualquier nivel de consumo de alcohol podría ser perjudicial y acelerar la progresión de la enfermedad hepática.